Una persona vive de acuerdo a su propia identidad cuando desarrolla su propio potencial. Cuando lo hace es capaz de lograr prácticamente todo lo que se proponga. Conoces a muchas personas así. Lo consigue porque enfoca toda su energía, utiliza toda su inteligencia y entrega todo su amor a desarrollar ese potencial porque eso le apasiona. Entonces entra en estado de flujo y disfruta de lo que está haciendo.
La filosofía para niños que yo practico va en esta línea. Si bien, trabajamos también el espíritu crítico del niño para que se pueda convertir en un ciudadano moral que sepa solucionar sus conflictos dialogando de forma asertiva. Para ello, opinamos y debatimos entre todos sobre conceptos educativos tales como: amor, mentira, miedo, violencia, libertad, atención, esfuerzo, etcétera. Todos ellos fundamentales para sentirse pleno interiormente y para disfrutar felizmente de la vida.

miércoles, 23 de abril de 2014


¿Cómo se puede elevar la autoestima de un niño con TDA-H?
Una de las claves es que cuando el niño haga algo, los padres valoren más el proceso que el resultado. Les conviene mucho educarlo para que disfrute del proceso y reinterpretar el resultado si este no es del agrado del niño. Han de conseguir que el niño comprenda que se le valora a él y no solo a lo que haya realizado.
Si bien, conviene mucho prepararlo para “ser” mejor. Es lo más efectivo a largo plazo. Ya se encargará la sociedad y la cultura de prepararlo para “tener” más. Es decir, como les conviene mucho que su hijo viva de acuerdo a su propia identidad, han de facilitarle que desarrolle su propio potencial intrínseco. Potencial que es peculiar del niño y que quizá no tiene nada que ver con el que los padres desearían que fuese.
Por tanto, necesitarán saber con claridad cuál es ese potencial intrínseco y hacer que la vida del niño pivote alrededor de él. Cuanto más cercanas estén las acciones que el niño realice hacia su potencial, más estará viviendo de acuerdo a su propia identidad. Por tanto, mejor le saldrá todo lo que haga. Como consecuencia final, se sentirá plenamente confiado en sus posibilidades. Cualquier persona que alcanza la excelencia con sus acciones es porque las ha realizado de acuerdo a su propia identidad.
Ahora bien, si el niño ya tiene la autoestima baja, entonces los padres tendrán que escucharlo y observarlo. Solo así hallarán los juicios despectivos y las creencias limitadoras que hacen que esa autoestima esté baja. A partir de aquí, tendrán que reinterpretar dichas creencias para que los juicios desaparezcan. Complicarse a cambiar el comportamiento es muy difícil por no decir imposible. Es más efectivo cambiar lo que provoca ese comportamiento, que son sus juicios y sus creencias.

Lo mejor para esta labor es hallar, repito, ese potencial intrínseco que posee el niño, hallar en qué es bueno, saber qué le hace feliz, identificar cuáles son sus valores y, por supuesto, apoyarlo sin concesiones. Solo así sabrán qué es lo que le apasiona a su hijo y qué es lo que le hace emplear toda su energía positiva, toda su inteligencia y todo su amor en eso que le apasiona.
Otro aspecto es el refuerzo. Por ejemplo, si un niño saca un notable alto en dibujo y un insuficiente en matemáticas, ¿qué reforzarán sus padres con clases particulares? Las matemáticas. Lo que peor se le da. ¿Con qué alcanzará la excelencia, con las matemáticas o con el dibujo? Con el dibujo. Lo que mejor se le da. ¿Qué se debería reforzar? …
Los padres han de tomar conciencia de que reforzando lo bueno se mejora lo peor.

viernes, 18 de abril de 2014

¿Cómo podemos detectar los padres que nuestros hijos tienen algún problema de autoestima?
La falta de confianza en sí mismo es un gran indicador de que su autoestima está mal. Muestra inseguridad ante cualquier reto que se le presente. Suele negarse a realizar las cosas. "No sé" son sus palabras favoritas. Suele ser pesimista, pues sus retos son serias cargas mentales. Está convencido que no le saldrán bien las cosas y, por tanto, no le saldrán porque no estará enfocando su energía, ni utilizando toda su inteligencia y, por supuesto, lo estará haciendo sin pasión.
El entusiasmo por superarse ha desaparecido de su vida. Al no confiar en sí mismo, porque se le ha apartado de su identidad, que está directamente relacionada con su potencial intrínseco, necesitará fijarse en cómo lo hacen los demás. Es decir, que buscará modelos fuera de sí mismo, que es otro de los indicadores claros de falta de autoestima.
Un niño, por ejemplo, que no confíe en sus propias posibilidades para hacer un dibujo en clase, se fijará en cómo lo dibuja el compañero. Así podrá garantizar que le saldrá bien. Buscará solucionar sus retos tal y como los solucionan los demás. El problema es que pondrá las soluciones fuera de sí mismo y quedará a expensas de su exterior. ¿Qué pasará cuando estos le fallen? Se sentirá perdido, abandonado y buscará inmediatamente a sus padres para sentirse arropado. Se siente inseguro.
¿La solución? Que sea capaz de vivir de acuerdo a su propia identidad.