Una persona vive de acuerdo a su propia identidad cuando desarrolla su propio potencial. Cuando lo hace es capaz de lograr prácticamente todo lo que se proponga. Conoces a muchas personas así. Lo consigue porque enfoca toda su energía, utiliza toda su inteligencia y entrega todo su amor a desarrollar ese potencial porque eso le apasiona. Entonces entra en estado de flujo y disfruta de lo que está haciendo.
La filosofía para niños que yo practico va en esta línea. Si bien, trabajamos también el espíritu crítico del niño para que se pueda convertir en un ciudadano moral que sepa solucionar sus conflictos dialogando de forma asertiva. Para ello, opinamos y debatimos entre todos sobre conceptos educativos tales como: amor, mentira, miedo, violencia, libertad, atención, esfuerzo, etcétera. Todos ellos fundamentales para sentirse pleno interiormente y para disfrutar felizmente de la vida.

viernes, 6 de febrero de 2015

LOS DAÑOS DE QUE UN NIÑO MIENTA

Todos mentimos. De manera que estoy seguro de que cualquier niño o niña miente. ¿Por qué lo hace? Por muchas razones, pero principalmente por una falta de recursos internos para ser fiel a la verdad, para ser veraz. O lo que es lo mismo, no es capaz de vivir sin mentir porque está alejado de su propia esencia, de su identidad. Entonces, busca llenar ese hueco de su interior con algo externo. Y cuanto más vacío está, más miente. No sabe vivir de otra manera. Miente por puro interés, por placer o por conseguir cosas. Se centra más en el Tener que en el Ser.
Como este vacío existencial le está afectando cada día, su ego le controla para poder sobrevivir. Lo hace convirtiéndose en alguien prepotente o, en su defecto, en víctima. Deja de ser sensible y pasa a ser susceptible. En ese momento se cree el centro de atención y piensa que los demás le atacan o le veneran.
Pues bien, Nietzsche dice que "la mentirá más común es aquella con la que una persona se engaña a sí misma. Engañar a los demás es un defecto relativamente aparente." ¡Cuánta razón! Para mentir a otro se necesita que este se deje engañar. A veces sabrá que se le pretende mentir e ignorará a ese mentiroso. Otras le mentirá y quizá le pille más adelante.
Y es que para mentir se ha de ser muy coherente y tener una grandísima memoria. ¡No subestimemos al otro! Que creamos que es ignorante no quiere decir que lo sea. El otro es una persona, no una cosa. Es un sujeto, no un objeto. Por eso, lo verdaderamente triste, como dice Nietzsche, es que un niño, o cualquiera de nosotros, se autoengañe. Esto es patológico, porque se trata a sí mismo como una cosa.
No obstante, si “solo” miente no es muy grave. Mentir es circunstancial. Lo hace en ciertas ocasiones y el mentido podría perdonarle. Otra cosa es si lo toma como hábito. Entonces esa mentira se prolonga en el tiempo, con lo que  ya no mentiría, sino que engañaría. Y ese estado le dotaría de seguridad para creer que podría mentir a cualquiera. Ahí ya corre mucho riesgo su integridad y el perdón es más difícil.
Sin embargo, la cosa no acaba aquí. Peor aún es traicionar a quien ha depositado toda su confianza en el mentiroso. A este le hace mucho más daño emocional. Y en un nivel más alto de falsedad, si cabe, estará si eres tú quien miente a tu hijo. En ese momento le estarás enseñando a él o a ella a mentir y, a partir de aquí, mentirá para conseguir algo o para eludir su responsabilidad. Y lo hará porque obtendrá el resultado que busca mucho más rápido. Le apartarás de su propia identidad. Le desconectarás de su interior. Si tiene que mentir no lo dudará. Por tanto, su ego será el que mande.
¡Mucho ojo con mentirle! En el mejor de los casos, omitirá la verdad o dirá medias verdades, pero el daño ya estará hecho. Ya sabrá que mentir da resultado. Y como vive en la época de la inmediatez y todo lo quiere ya, entonces se convencerá de que es imprescindible mentir para conseguir cosas rápidamente. Mentirá para manipular sin importarle los demás. La ética no existirá en su vida y para Tener contento a su ego se apartará de su Ser. Será infiel a sí mismo.
¿Crees que te digo la verdad?

José Carlos Arroyo

Asesor filosófico, coach, escritor