EL AMOR CONTINGENTE
Una cosa es contingente
cuando aún no ha ocurrido pero puede que ocurra o no. Es decir, tiene la
posibilidad de que se sea o de que no sea, de que aparezca o no, de que se dé o
no se dé. El amor contingente existe, pues, desde el momento en
que dos personas entran en contacto por primera vez hasta cuando esta relación
se convierte en sentimental o se queda en social.
Así pues, el amor
contingente es ese momento en el que aún dos personas no se aman, pero tienen
la posibilidad real de hacerlo. De manera que conviene distinguirlo tanto del amor
real como del enamoramiento.
Mientras que el amor real
será el amor que irá manteniendo la relación sentimental en el tiempo y en el
espacio, el enamoramiento es ese estado al principio de la relación sentimental
donde todo es muy bonito, donde la atracción es máxima y donde se tienen unas
ganas locas de estar con el otro, por ejemplo. El enamoramiento comienza justo
cuando este amor contingente ya no está latente, sino que ya ha aparecido. Por
su parte, el amor real comienza cuando el enamoramiento desaparece.
Volviendo al amor que nos
ocupa, este alberga las bases de lo que más tarde será el enamoramiento y el
amor real. Por lo que es fundamental que este amor contingente sea lo mejor
posible, que sea de una calidad exquisita y de suma elegancia.
Si el amor contingente es
ese momento entre relación social y sentimental, entonces aquí ya se comparten
sentimientos, pensamientos, creencias, valores, intenciones, inquietudes,
expectativas, etcétera. Y no solo se comparten, sino que son el nexo de unión
con la otra persona. Por tanto, este amor contingente es mucho más importante
de lo que puede parecer a simple vista.
Hay amores contingentes
que duran poco más de una conversación. Es decir, que desaparece muy rápida la
posibilidad de crear una relación sentimental. Hay otros, en cambio, que duran
demasiado, impidiendo que deje de ser contingente y se pase al enamoramiento.
La clave está, pues, en
saber distinguir enamoramiento de amor contingente. Distinción no siempre clara
porque si ese amor contingente es de calidad, ya alberga bastante
enamoramiento. Es decir, que ya deja intuir claramente a ambos miembros de la
relación que hay que dar un paso más y hacer que ese amor contingente se
convierta en enamoramiento.
Pues bien, hasta aquí todo
parece normal: hay un amor contingente, un enamoramiento y un amor real. Sin
embargo, cualquier persona que se enamora de otra lo que quiere es que ese amor
real, que no tardará mucho en aparecer, sea un amor romántico. Un amor
que sea auténtico, que se sea bueno y que sea bello.
Verdad, Bondad y Belleza que nos dejaban claro los filósofos clásicos.
En este sentido, estoy
convencido que ese amor real será romántico si ambas personas disfrutan de una
sana autoestima en el momento en que viven el amor contingente. Por eso
decía que aquí están las bases y que por eso este amor es crucial.
¿Y cómo se llega a tener
una buena autoestima para crear ese amor contingente de calidad? Pues cuando
ambas personas están serenas interiormente. Es decir, cuando son
capaces, sobre todo, de no transmitirse entre sí sus problemas de anteriores
relaciones o sus problemas con sus ex-parejas.
Si bien, en líneas
generales, alguien disfruta de una sana autoestima cuando se centra en su Ser
y no en su Tener. Es decir, cuando se ocupa de sí mismo, cuando vive de acuerdo
a aquello que le apasiona, cuando reposa en lo que depende de él y no de los
demás, cuando se conoce muy bien a sí mismo y cuando se valora en su justa
medida. En este estado no hay ruidos mentales y sentimentales que distorsionen
la mente ni el corazón. Por eso esta persona está en completa armonía y
por eso está preparada para sentar unas buenas bases en ese amor contingente.
Por tanto, ambas personas
no hablarán tanto de sus anteriores relaciones, y sus ex-parejas no estarán muy
presentes en su nueva relación. Solamente se tendrán el uno al otro y
compartirán esas sensaciones, pensamientos o inquietudes, por ejemplo,
comunicándose desde su yo auténtico y no desde su yo superficial o ego.
Y esta condición es necesaria que se dé en las dos personas.
Para terminar, si ahora
eres capaz de ver que el amor contingente ha de estar presente cada día,
incluso disfrutando del amor romántico, entonces habrás comprendido qué
significa reinventar el amor constantemente.
J. Carlos Arroyo