Una persona vive de acuerdo a su propia identidad cuando desarrolla su propio potencial. Cuando lo hace es capaz de lograr prácticamente todo lo que se proponga. Conoces a muchas personas así. Lo consigue porque enfoca toda su energía, utiliza toda su inteligencia y entrega todo su amor a desarrollar ese potencial porque eso le apasiona. Entonces entra en estado de flujo y disfruta de lo que está haciendo.
La filosofía para niños que yo practico va en esta línea. Si bien, trabajamos también el espíritu crítico del niño para que se pueda convertir en un ciudadano moral que sepa solucionar sus conflictos dialogando de forma asertiva. Para ello, opinamos y debatimos entre todos sobre conceptos educativos tales como: amor, mentira, miedo, violencia, libertad, atención, esfuerzo, etcétera. Todos ellos fundamentales para sentirse pleno interiormente y para disfrutar felizmente de la vida.

martes, 10 de marzo de 2015



EL AMOR CONTINGENTE


Una cosa es contingente cuando aún no ha ocurrido pero puede que ocurra o no. Es decir, tiene la posibilidad de que se sea o de que no sea, de que aparezca o no, de que se dé o no se dé. El amor contingente existe, pues, desde el momento en que dos personas entran en contacto por primera vez hasta cuando esta relación se convierte en sentimental o se queda en social.
Así pues, el amor contingente es ese momento en el que aún dos personas no se aman, pero tienen la posibilidad real de hacerlo. De manera que conviene distinguirlo tanto del amor real como del enamoramiento.
Mientras que el amor real será el amor que irá manteniendo la relación sentimental en el tiempo y en el espacio, el enamoramiento es ese estado al principio de la relación sentimental donde todo es muy bonito, donde la atracción es máxima y donde se tienen unas ganas locas de estar con el otro, por ejemplo. El enamoramiento comienza justo cuando este amor contingente ya no está latente, sino que ya ha aparecido. Por su parte, el amor real comienza cuando el enamoramiento desaparece.
Volviendo al amor que nos ocupa, este alberga las bases de lo que más tarde será el enamoramiento y el amor real. Por lo que es fundamental que este amor contingente sea lo mejor posible, que sea de una calidad exquisita y de suma elegancia.
Si el amor contingente es ese momento entre relación social y sentimental, entonces aquí ya se comparten sentimientos, pensamientos, creencias, valores, intenciones, inquietudes, expectativas, etcétera. Y no solo se comparten, sino que son el nexo de unión con la otra persona. Por tanto, este amor contingente es mucho más importante de lo que puede parecer a simple vista.
Hay amores contingentes que duran poco más de una conversación. Es decir, que desaparece muy rápida la posibilidad de crear una relación sentimental. Hay otros, en cambio, que duran demasiado, impidiendo que deje de ser contingente y se pase al enamoramiento.
La clave está, pues, en saber distinguir enamoramiento de amor contingente. Distinción no siempre clara porque si ese amor contingente es de calidad, ya alberga bastante enamoramiento. Es decir, que ya deja intuir claramente a ambos miembros de la relación que hay que dar un paso más y hacer que ese amor contingente se convierta en enamoramiento.
Pues bien, hasta aquí todo parece normal: hay un amor contingente, un enamoramiento y un amor real. Sin embargo, cualquier persona que se enamora de otra lo que quiere es que ese amor real, que no tardará mucho en aparecer, sea un amor romántico. Un amor que sea auténtico, que se sea bueno y que sea bello. Verdad, Bondad y Belleza que nos dejaban claro los filósofos clásicos.
En este sentido, estoy convencido que ese amor real será romántico si ambas personas disfrutan de una sana autoestima en el momento en que viven el amor contingente. Por eso decía que aquí están las bases y que por eso este amor es crucial.
¿Y cómo se llega a tener una buena autoestima para crear ese amor contingente de calidad? Pues cuando ambas personas están serenas interiormente. Es decir, cuando son capaces, sobre todo, de no transmitirse entre sí sus problemas de anteriores relaciones o sus problemas con sus ex-parejas.
Si bien, en líneas generales, alguien disfruta de una sana autoestima cuando se centra en su Ser y no en su Tener. Es decir, cuando se ocupa de sí mismo, cuando vive de acuerdo a aquello que le apasiona, cuando reposa en lo que depende de él y no de los demás, cuando se conoce muy bien a sí mismo y cuando se valora en su justa medida. En este estado no hay ruidos mentales y sentimentales que distorsionen la mente ni el corazón. Por eso esta persona está en completa armonía y por eso está preparada para sentar unas buenas bases en ese amor contingente.
Por tanto, ambas personas no hablarán tanto de sus anteriores relaciones, y sus ex-parejas no estarán muy presentes en su nueva relación. Solamente se tendrán el uno al otro y compartirán esas sensaciones, pensamientos o inquietudes, por ejemplo, comunicándose desde su yo auténtico y no desde su yo superficial o ego. Y esta condición es necesaria que se dé en las dos personas.
Para terminar, si ahora eres capaz de ver que el amor contingente ha de estar presente cada día, incluso disfrutando del amor romántico, entonces habrás comprendido qué significa reinventar el amor constantemente.

J. Carlos Arroyo