Una persona vive de acuerdo a su propia identidad cuando desarrolla su propio potencial. Cuando lo hace es capaz de lograr prácticamente todo lo que se proponga. Conoces a muchas personas así. Lo consigue porque enfoca toda su energía, utiliza toda su inteligencia y entrega todo su amor a desarrollar ese potencial porque eso le apasiona. Entonces entra en estado de flujo y disfruta de lo que está haciendo.
La filosofía para niños que yo practico va en esta línea. Si bien, trabajamos también el espíritu crítico del niño para que se pueda convertir en un ciudadano moral que sepa solucionar sus conflictos dialogando de forma asertiva. Para ello, opinamos y debatimos entre todos sobre conceptos educativos tales como: amor, mentira, miedo, violencia, libertad, atención, esfuerzo, etcétera. Todos ellos fundamentales para sentirse pleno interiormente y para disfrutar felizmente de la vida.

viernes, 10 de abril de 2015



UNA VIDA SIN CARIÑO ES UNA VIDA ALEJADA DE LA VIDA.

Desde nuestro nacimiento hasta nuestro fallecimiento necesitamos cariño. Sin cariño estamos muertos en vida. Esto puede parecer obvio, pero en ocasiones nos cerramos a ofrecer ese cariño y a recibirlo. Sabemos que lo necesitamos, pues es una necesidad básica como comer, beber o dormir, por ejemplo, sin embargo hay momentos vitales en los que nos olvidamos de satisfacer esta necesidad.
Cada vez que nos ocurre algo no positivo, necesitamos cariño. Si un niño ha tenido un día malo en el colegio, por ejemplo, necesitará una buena dosis de cariño cuando lo recojamos. Si no se lo damos, porque estamos ocupados con nuestras cosas, por supuesto alejadas del cariño, entonces ese niño entenderá que el cariño no es la solución. Y sí lo es.
Cariño no es Amor. Se puede amar y ser poco cariñoso. Y se puede ser cariñoso con alguien y no amarlo. Ayer hablaba con una amiga y me contaba que ella ofrece cariño a adolescentes descentrados, los ni-ni para que nos entendamos. Y ese cariño, a través de prestarles atención, tocarlos, estar cerca físicamente y mentalmente de ellos, atenderlos, preocuparse y ocuparse de su bienestar, les hace salir de ese descentramiento. Estoy convencido de que es así, pero para ello necesitamos también nosotros recibir cariño y trabajar muy bien nuestra inteligencia emocional.
Otra persona que conozco ha perdido su trabajo hace poco. Está en el paro y tiene lejos a la familia. No tiene pareja, así que se ha encontrado con un primer mes durillo porque no ha recibido cariño. Y es que las personas necesitamos sentirnos útiles e importantes. Si este sentimiento desaparece, aparece la apatía, la desgana, incluso hasta el vacío existencial.
En definitiva, sin dar y recibir cariño la vida es muy triste. Y una vida triste es, evidentemente, una vida alejada del optimismo, de la actitud positiva, de la proactividad, del placer por aprender, de compartir, de la libertad incluso. 
De manera que si me permites una sugerencia, deja lo que estés haciendo y muéstrale cariño a quien quieres.


J. Carlos Arroyo
Asesor filosófico, coach y escritor

No hay comentarios:

Publicar un comentario