Lo que
pretendo como niño
Lo que pretendo es llegar lejos sin ir
deprisa,
pero la sociedad de la inmediatez y el
relativismo me asfixia.
¡He de potenciar mi paciencia!
Lo que pretendo es diferenciar lo
importante de lo urgente,
pero los estímulos del exterior me seducen.
¡He de trabajar mi desarrollo personal!
Lo que pretendo es perseguir mis sueños y
hacerlos realidad,
pero la apatía popular debilita mis
expectativas.
¡He de luchar!
Lo que pretendo es potenciar mi mente y
mi espíritu,
pero mi imagen y mi entorno me dominan.
¡He de conocerme a mí mismo!
Lo que pretendo es disfrutar de mi
libertad,
pero no paro de quejarme continuamente.
¡He de potenciar mi responsabilidad!
Lo que pretendo es progresar y
evolucionar,
pero mis creencias no me dejan.
¡He de reinterpretar!
Lo que pretendo es transitar mi camino
disfrutando del paseo,
pero algunos de los que me rodean me
empujan y me hacen caer.
¡He de saber levantarme!
Lo que pretendo es diferenciarme para
dejar de ser convencional,
pero mi poco atrevimiento y mi cultura lo
dificultan.
¡He de vencer mis propios miedos!
Lo que pretendo es aprovechar al máximo
mi vida,
pero me encanta la pasividad.
¡He de actuar!
Lo que pretendo es emocionarme y
apasionarme por todo,
pero mi razón aplica rápidamente su
férula.
¡He de guiarme por mi corazón!
Lo que pretendo es disfrutar de lo bella
que es la sencillez,
pero mi poca atención me distrae.
¡He de aprender a escuchar!
Lo que pretendo es aprender cada día de
ti,
pero mi ego me domina.
¡He de reconocer mi humildad!
Lo que pretendo es vencer en soledad mis
malos momentos,
pero me abandono al placer inmediato y no
lo consigo.
¡He de dejar de autoengañarme!
Lo que pretendo es ayudar y facilitarle
la vida a los demás,
pero convierto sus retos en mis
necesidades.
¡He de eliminar el apego!
Lo que pretendo es ser un espíritu
crítico y moral,
pero los políticos y el dogmatismo anulan
mi conciencia.
¡He de pensar!
Lo que pretendo es dar siempre el máximo
de mí,
pero en ocasiones me excedo ocasionando
mal.
¡He de autorregularme!
Lo que pretendo es tener clase y alcanzar
la excelencia,
pero los envidiosos tratan de
desvalorizarme continuamente.
¡He de resistir el daño emocional!
Lo que pretendo es no tener enemigos y
ser buena persona,
pero no siempre lo consigo y sufro por
ello.
¡He de entender que no depende solamente
de mí!
Lo que pretendo es decir “no” sin herir a
los demás,
pero no sé cómo hacerlo.
¡He de ser asertivo!
Lo que pretendo es sacar lo mejor de ti,
pero no expresas tus sentimientos y
opiniones.
¡He de saber preguntar!
Lo que pretendo es reconocer mi
vulnerabilidad,
pero el miedo al fracaso social me
paraliza.
¡He de trabajar mi interior!
Lo que pretendo es vivir de acuerdo a mis
valores,
pero no puedo prescindir de lo material.
¡He de potenciar mi autenticidad!
Lo que pretendo es saber aceptar las
críticas,
pero el pánico a reconocer mis errores me
lo impide.
¡He de reírme de mi propia vida!
Lo que pretendo es tratar a las personas
como fines en sí mismas,
pero mi egoísmo hace que las trate como
medios.
¡He de ser ético!
Lo que pretendo es que el verdadero amor
forme parte de mi vida,
pero no estoy dispuesto a dar sin pedir
nada a cambio.
¡He de ser un generoso incondicional!
Lo que pretendo, en definitiva, es ser
feliz,
pero busco esa felicidad fuera de mí.
¡He de encontrarle un sentido a mi vida!
J. Carlos Arroyo Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario